Google OS, ¿ es una buena alternativa ?
Google intentó hace unos años crear una alternativa con Chrome OS. Al estar basado únicamente en la nube era un sistema limitado y al que muchos no le augurábamos un buen futuro. Pero ahora que está a punto de poder ejecutar todas las aplicaciones de Android se transforma por completo, y quizá haya llegado la hora de empezar a tomárselo en serio como un aspirante digno de recortar distancias con Windows y Mac.
El ránking de los sistemas operativos lleva tiempo sin ver cambios significativos. Windows lleva años de dominio absoluto, Mac OS X mantiene un porcentaje estable de usuarios y las distribuciones convencionales de GNU/Linux siguen luchando por hacerse un hueco sin todo el éxito que muchas se merecen.
De hecho, el primer paso ya lo ha dado en silencio durante los últimos meses. Durante el primer trimestre de 2016 se han vendido 2 millones de Chromebook en los Estados Unidos, superando así los 1,76 millones de Mac que se vendieron durante el mismo periodo de tiempo. Y todo ello siendo aún un sistema operativo limitado en prestaciones.
¿Cuál es su mayor ventaja? Posiblemente el precio. Un Chromebook nos puede salir por entre 200 y 400 dólares, mientras que los portátiles de Apple están en una franja muy superior de precios.
Chrome OS es accesible, y al estar basado en un navegador nos permite hacer una gran parte de cosas que hacemos con cualquier portátil siempre y cuándo tengamos conexión.
Pero como hemos dicho todo va a cambiar en los próximos meses, porque estos mismos dispositivos de unos 300 dólares podrán ejecutar la gran mayoría de aplicaciones Android. Y lo podrán hacer offline, la manera de utilizar el sistema operativo cambiará por completo.
¿Cuales serán sus ventajas frente al resto de sistemas operativos?
Chrome OS es tan seguro como el propio Chrome, y cuenta con la ventaja de no verse afectado por todo el malware que puede amenazar a Windows y OS X. Pero claro, si ya hemos visto casos de ransomware en Linux también es de esperar que si acaba ganando una cuota de mercado significativa los maleantes empiecen a buscar cómo atacarlo.
El tema de las actualizaciones también lo ha atajado de una manera similar a las distribuciones GNU/Linux (no olvidemos que su kernel es el mismo), y utiliza un sistema de actualizaciones que permite que el equipo esté siempre a la última. Desde el principio no se tienen que entrar en polémicas como la de Microsoft obligando a los usuarios de ir de una versión a otra.
Otra de las grandes bazas con la que cuentan los dispositivos con el sistema operativo de Google es su altísima autonomía. Salvo algunos modelos con Windows, los usuarios que querían portátiles con cerca de 10 horas de autonomía tenían que irse con Apple. Pero los Chromebooks son una alternativa con unas autonomías parecidas a un precio mucho más económico. Habrá que ver cómo repercute la llegada de muchas más aplicaciones en estas cifras.
Pero Chrome OS tiene sus defectos, y el estar centrado casi exclusivamente en la nube es uno de ellos. Por lo menos lo era cuando salió hace unos años. Poco a poco ha ido adaptándose para incrementar el uso offline de algunas de sus webapps, pero el no poder sacarle provecho cuando sin conexión ha seguido siendo uno de sus grandes problemas. Uno lo suficientemente grande como para no terminar de adoptarlo por completo.
Esto no sólo pondrá a Chrome OS a la altura del resto de sistemas en cuanto a número de aplicaciones. También permitirá que se beneficie del auge de los dispositivos móviles, permitiendo que los Chromebooks sean los únicos portátiles en poder utilizar de forma nativa apps como Snapchat o juegos como Clash of Clans.
Pero no es todo tan bonito como lo pintan. Todavía quedan varias incógnitas por despejar, y el cómo sean las respuestas podría influir bastante en la acogida que pueda tener ese nuevo Chrome OS cargado de aplicaciones.
La primera duda es ver si todo este nuevo ecosistema repercute negativamente en el rendimiento o autonomía del sistema. Una cosa es que el equipo vuele cuando únicamente depende de las aplicaciones de Chrome, y otra muy diferente que lo siga haciendo a la hora de utilizar las de Android, sobre todo con las más exigentes en los equipos con menos recursos.
Será interesante ver si la autonomía sigue siendo tan espectacular con más aplicaciones.
También habrá que ver si penaliza la duración de la batería la carga extra de tener varias aplicaciones potentes corriendo en segundo plano. La autonomía es una de las grandes armas de los Chromebooks, por lo que conseguir contener el consumo se presenta como una de las piezas clave si quiere mantenerse como una buena alternativa.